La directora general del IB, Siva Kumari, explica cómo hemos incorporado los aportes de nuestra comunidad a los planes de futuro.
En circunstancias sin precedentes, el 23 de marzo tomamos la difícil decisión de cancelar los exámenes del IB de la convocatoria de mayo de 2020 debido a la pandemia de la COVID-19 (coronavirus). Esto nos planteó un desafío que nunca antes habíamos afrontado: ¿cómo otorgar de manera justa a los alumnos el reconocimiento que merecen por su preparación de dos años, y cómo proporcionar a las universidades los recursos que necesitan para admitir alumnos del IB?
Hay que hacer hincapié en lo que ha sido diferente este año. En un ciclo planificado, los colegios saben exactamente cómo funcionan los exámenes. Sin embargo, este año tuvimos que crear algo que no existía previamente. Nos enfrentamos a la titánica tarea de desarrollar un plan para conceder los resultados del IB en un plazo de tres meses para que, con ellos, los alumnos pudieran cursar sus estudios de educación superior, y esto después de realizar las necesarias consultas con los debidos organismos reguladores y representantes universitarios.
La de mayo de 2020 ha sido la convocatoria en la que se han otorgado más diplomas del IB. Los resultados indican que la calificación final media por asignatura y la puntuación total por alumno aumentaron por primera vez en cuatro años. Al procesarse los resultados, nos percatamos rápidamente de algunas anomalías. Como respuesta a nuestros colegios, en julio iniciamos un servicio de revisión extraordinario para comprender qué había sucedido y asegurarnos de que los resultados de todos los alumnos eran justos y correctos. En los últimos tres meses, hemos prestado atención, hemos aprendido y hemos adoptado medidas en todo lo posible.
En la siguiente entrevista, la directora general habla sobre los resultados de mayo de 2020 y reflexiona sobre el futuro mientras nos preparamos para las convocatorias de noviembre de 2020 y mayo de 2021.
Diagrama de las decisiones y acciones clave del IB durante la pandemia de la COVID-19.
Algunos miembros de la comunidad del IB han expresado su descontento con el proceso de concesión de resultados. ¿En qué aspectos clave se ha basado la estrategia del IB respecto a los resultados, y cuál es su respuesta a la comunidad?
Siva Kumari: Preparar a los alumnos para la siguiente fase de sus vidas es siempre nuestro interés primordial. Tal vez sea la universidad o una carrera profesional, pero la pregunta que nos planteamos es la misma: ¿cómo nos aseguramos de que los alumnos reciban el certificado o el diploma del IB para que continúen con sus vidas y tengan una repercusión positiva en el mundo? Este año, el gran dilema es cómo hacer esto sin realizar exámenes.
Es importante tener en cuenta que los alumnos adquirieron la experiencia que se pretendía durante los dos años de duración del programa y que la esencia del IB se encuentra en muchos más aspectos aparte de los exámenes. Está bien documentado que los programas del IB permiten desarrollar una amplia variedad de habilidades. Por supuesto, el rigor académico es un elemento clave y el motivo por el cual se nos conoce y las principales universidades aceptan las titulaciones del IB. Las universidades también han mencionado las características y habilidades que el IB fomenta en los alumnos del PD, que se diferencian de otros alumnos universitarios en lo que respecta a su compromiso y habilidades de investigación, así como en el éxito de su transición entre etapas e índices de permanencia universitaria. Gracias a esta información, sabíamos que los alumnos del IB seguirían siendo bienvenidos en las universidades más prestigiosas y que continuarían prosperando en ellas.
Sabemos que las decisiones que tomamos no fueron bien recibidas por todo el mundo, y pedimos disculpas por el sufrimiento que hayamos podido causar a nuestros alumnos, educadores y padres. Tenemos el gran honor de que los alumnos, los colegios y las universidades reconozcan las oportunidades y las habilidades que ofrece este currículo, y de que quieran formar parte del IB. Somos conscientes de que, como consecuencia de los cambios adoptados debido a la pandemia, algunos alumnos se sintieron decepcionados porque se habían dedicado en cuerpo y alma al estudio durante dos años y no tuvieron la oportunidad de demostrar su pericia en los exámenes, como habían hecho los alumnos de años anteriores.
Nuestra meta siempre ha sido ayudar a los alumnos a tener éxito en su trayectoria y ser justos con nuestros alumnos anteriores, presentes y futuros. En esta situación sin precedentes hemos estado más cerca que nunca de nuestra comunidad y, como personas con una actitud de aprendizaje durante toda la vida, continuaremos escuchando y adaptándonos.
De cara al futuro, ¿cómo serán los resultados de noviembre de 2020 y de mayo de 2021?
Alumnos y educadores del American School of Kinshasa (República Democrática del Congo) se preparan para clases presenciales.
Debido a esta pandemia, hemos aprendido muchas cosas desde mayo y hemos incorporado todas esas lecciones para prepararnos para la convocatoria de noviembre. Hemos revisado cada consulta, comentario e indicación de los miembros de nuestra comunidad para comprender su situación y afrontar los problemas sin titubeos. Queríamos saber qué pensaban nuestros colegios, así que creamos una encuesta global para ellos y estamos incorporando sus aportes en el diseño de soluciones. A medida que fuimos recibiendo más respuestas e información, creamos un enfoque para basar nuestros servicios en las pruebas obtenidas.
Ahora tenemos un conjunto auténtico de datos con los que trabajar. Entre otras cosas, descubrimos que el 73 % de nuestros colegios puede realizar exámenes y el 27 % no. Organizaremos los exámenes de noviembre para los colegios que puedan y también aportaremos otra manera de que los alumnos obtengan la certificación que necesitan para seguir adelante. Esta es una tarea muy difícil, pero queremos proporcionar el mejor servicio posible a nuestros colegios.
En nuestra planificación sopesamos muchos otros factores, tales como la seguridad de los exámenes si los colegios están cerrados. Para gestionar esta situación, mantenemos líneas de comunicación abierta con los colegios. El personal del IB realiza periódicamente seminarios web con los colegios, de modo que estos tienen un contacto constante con la organización y se sienten apoyados.
Sabemos que no podemos satisfacer a todos los alumnos y a todos los padres al evaluar el trabajo de un alumno. Nuestro objetivo es hacer todo lo posible para tener en cuenta los factores que antes mencionaba. Con ese fin, tomaremos en consideración los resultados de los alumnos, de los colegios y a escala internacional. Este nuevo enfoque implica abordar muchos aspectos, pero queremos asegurarnos de tomar la decisión adecuada para nuestros alumnos.
¿Qué se ha hecho para mantener los estándares, obtener el apoyo de las universidades y ayudar a los colegios a comprender todo esto?
Como todas las organizaciones, tenemos formas establecidas de realizar nuestro trabajo: todos conocemos nuestras funciones y las llevamos a cabo. Lo que tuvimos que hacer con rapidez fue cambiar la forma de trabajar internamente y de comunicarnos externamente, y estar bien compaginados los unos con los otros. Estoy muy orgullosa de cómo los equipos aunaron esfuerzos, borraron las líneas entre departamentos y establecieron procedimientos para alcanzar logros increíbles para nuestra comunidad.
Creamos un servicio de revisión extraordinario, que es algo que nunca antes se había ofrecido. Atendimos consultas sobre resultados individuales y las respondimos lo más rápidamente posible por el bien de los alumnos. Creamos grupos interdepartamentales, equipos ágiles que tomaron las riendas de las comunicaciones y se aseguraron de que todas las partes interesadas recibieran mensajes personalizados. Hicimos lo que creo que es razonable como organización que se centra en los alumnos.
Puesto que también somos un organismo evaluador que cuenta con la confianza de las universidades en sus procesos de admisión, tuvimos que mantener ciertos estándares, de modo que nuestros alumnos puedan cursar una educación universitaria en cualquier parte del mundo. Como organización independiente, carecemos del apoyo de cualquier Gobierno. Mientras otras organizaciones de evaluación pueden tener respaldo gubernamental, también deben enfrentarse a presiones políticas que influyen en sus decisiones. Nosotros debemos responder ante varios Gobiernos y, en mayor medida, ante colegios y universidades.
Por tanto, nos comunicamos con las universidades a menudo para informarles de lo que iba a suceder, ya que debíamos asegurarnos de que los resultados obtendrían su beneplácito. Sabíamos que no tenía ningún sentido conceder un diploma que las universidades no aceptasen. Me enorgullece decir que todas y cada una de las universidades han aceptado nuestros resultados.
¿Qué nos puede decir sobre el fondo de ayuda para afectados por la COVID que se ha establecido, y otras iniciativas en beneficio de los colegios y los alumnos?
Queríamos ayudar a los colegios que tienen dificultades financieras debido a la COVID-19 y a aquellos que no pueden seguir ofreciendo los programas del IB. Queríamos que los alumnos siguieran recibiendo la educación del IB que necesitaban. Esto puede hacerse de varias maneras. Sabemos que esta epidemia ha afectado a los colegios de distintas formas y queríamos hacer lo posible por ayudar. Varios antiguos miembros del Consejo de Fundación del IB han expresado su apoyo a esta iniciativa, y les agradecemos su ayuda. Para obtener más información sobre el fondo de ayuda para afectados por la COVID, se puede escribir a [email protected] o comunicarse con el responsable de Colegios del Mundo del IB asignado al colegio.
Hemos sido una organización sin ánimo de lucro muy responsable durante los últimos seis años. En lo que respecta a las tasas que se aplican a los colegios, en los últimos cinco años no han aumentado ni las tasas anuales ni aquellas correspondientes al desarrollo profesional. Somos plenamente conscientes de la importancia de mantener unas tasas bajas, ya que queremos que una amplia diversidad de colegios tenga acceso al IB. Como organización, decidimos eliminar la tasa de matrícula de USD 172 en 2019 para hacer que el IB sea más asequible. Aunque esto implicó una gran pérdida económica, sabemos que tomamos la decisión correcta para abordar los obstáculos a los que nuestros colegios y alumnos se enfrentan para poder acceder a la educación del IB.
¿Qué la ha motivado personalmente como líder en este período de incertidumbre?
Una educadora del Shotwell Middle School (Estados Unidos) posa con su mascarilla y sus enseres.
Me uní al IB por los educadores. Recuerdo pensar: “Me veo trabajando en esa organización porque parece atraer a los mejores educadores de preescolar a secundaria que conozco”. Y no me equivoqué. Lo que me inspira al levantarme por la mañana son todos los educadores que he conocido y el trabajo que he visto de nuestros alumnos. Me inspiran la pasión y el empuje que los coordinadores de programas y los educadores tienen para dotar a los jóvenes de los recursos necesarios para que se dediquen a sus pasiones. Merece la pena contribuir a cualquier programa que genere un nivel de reflexión tan alto entre los alumnos y un compromiso tan profundo entre los docentes. Durante mis años en el IB, mi meta ha sido y es que nos planteemos lo siguiente: “¿Capacitamos a los educadores para ser libres y disfrutar de la enseñanza? ¿Capacitamos a los jóvenes para disfrutar de sus asignaturas y responsabilizarse de su educación?”. Mi respuesta es que sí y, en aquellos casos en que la respuesta es un “todavía no”, tenemos un plan para hacer algo al respecto.
Algo que me llena de orgullo, y que ha sido muy importante para mí en el IB, es el enfoque para darle prioridad a los colegios. Es reconfortante saber que está arraigado en nuestra forma de actuar y que sentará unas bases sólidas.
En plena crisis por la COVID-19, algo que me ha aportado fuerzas ha sido tener colegas decididos y que no han titubeado. También recibir mensajes de personas de fuera de la organización, como directores de colegios, que nos decían: “Sabemos que están pasando momentos difíciles y que están haciendo lo correcto. Les deseamos fuerza”. Hay muchos momentos así, como cuando llamé a un responsable de admisiones de una prestigiosa universidad de Estados Unidos para pedir consejo, y me dijo: “Confío en el IB. Adelante, va a salir bien”. Esos momentos han sido extraordinarios para mí.
¿Qué valor encontrarán los alumnos en el IB ahora y en el futuro?
Creo que el principal valor que aportamos es crear un programa de prestigio internacional. Los colegios adoptan el sistema del IB porque ven el valor de esta rigurosa preparación. Un alumno bien preparado para la vida realmente marca la diferencia. Nuestro currículo se centra en cuestiones globales, es independiente y cumple estándares internacionales, no solo nacionales.
Más allá de lo académico, el IB enseña destrezas que se necesitan en el mundo real, como cumplir plazos, pensar de manera crítica, desarrollar habilidades de liderazgo y tomar conciencia del papel que uno desempeña en el mundo. Son cosas que yo no tenía a mi disposición a esa edad. Los alumnos preparados de este modo son muy diferentes de la mayoría de las personas de su misma edad, como demuestran varios estudios. Un reciente estudio de la Universidad de Oxford mostró que las habilidades de pensamiento crítico de los alumnos del IB son muy superiores a las de otros alumnos. Asimismo, según los índices de permanencia a nivel nacional basados en la preparación de los alumnos, aquellos que proceden del IB tienden a finalizar antes, y con desenvoltura, su educación universitaria.
Cada día pensamos, reformamos e innovamos para asegurarnos de que siempre ofreceremos una educación de prestigio mundial. La pandemia nos ha ayudado a reformular la idea de cómo pueden ser nuestra educación y nuestro currículo: digitales, cohesivos y accesibles, además de posibilitar las habilidades tradicionales que los alumnos esperan de los programas. El IB ya ha implementado las tecnologías pertinentes en el Programa de los Años Intermedios (PAI) con la evaluación electrónica, y para nuestros educadores con la Webgrafía del IB y seminarios web.
Nuestra planificación continua nos aporta la estabilidad necesaria para comprender y promover los tipos de habilidades que nuestros alumnos precisan en un mundo inestable. Con colaboraciones de gran calidad, investigaciones, aportes de la comunidad y tecnología, seguimos teniendo la inspiración y el compromiso necesarios para ser un modelo de excelencia en el ámbito educativo.
Ninguna organización trabaja como nosotros. Ningún otro organismo de evaluación ofrece 60 o 70 lenguas en las que realizar los exámenes (algunos de ellos solo para 5 alumnos) a fin de preservar la lengua materna del alumno. Independientemente de los recursos de un colegio, nuestra ambición es alcanzar un aprendizaje equitativo y los mismos resultados positivos para todos los jóvenes. Lograr todo esto requiere mucho esfuerzo, y creo que ese es el valor que el IB aporta. Nunca he visto algo así antes y no creo que haya algo igual en el mundo.