La función del examinador jefe

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Peter Hoeben, presidente de la Junta de examinadores, y Simon Oakes, vicepresidente de la Junta de examinadores, conversan sobre la función que cumplen los examinadores en el proceso de evaluación y cómo la COVID-19 afectó las evaluaciones.

El Programa del Diploma, el Programa de Orientación Profesional y el Programa de los Años Intermedios ofrecen evaluaciones sumativas que corrigen examinadores del IB. El IB solo designa examinadores expertos en las asignaturas y con experiencia docente. Antes y durante los procesos de corrección, los examinadores reciben capacitación e información sobre los procesos de garantía de calidad. Con los aportes de Peter Hoeben y Simon Oakes, presidente y vicepresidente de la Junta de examinadores respectivamente, proporcionaremos información sobre la función de los examinadores jefe.

El examinador jefe es el examinador supervisor con mayor experiencia en una asignatura y, junto con el responsable de la asignatura, supervisa todos los aspectos del proceso de evaluación. Todas las asignaturas que cuenten con más de 1.000 alumnos al año deben tener un examinador jefe. Por su parte, las asignaturas con un número menor de alumnos matriculados cuentan con un examinador responsable que cumple una función muy similar. El examinador jefe puede ocupar este cargo por un máximo de siete años, y debe ser imparcial y estar libre de cualquier sesgo que pueda afectar la equidad del proceso de evaluación (no puede trabajar en ningún Colegio del Mundo del IB). En la mayoría de las asignaturas, el examinador jefe desempeña un papel importante en todas las etapas del proceso de evaluación: creación de evaluaciones, estandarización, concesión de calificaciones, elaboración de informes generales de las asignaturas y consultas posteriores a la publicación de los resultados. Una responsabilidad clave del cargo es garantizar que el rigor académico del contenido de las evaluaciones sea coherente a lo largo del tiempo, así como que los resultados de los alumnos sean justos, fiables y precisos, y que mantengan su valor de una convocatoria a la siguiente. Además, los examinadores jefes forman la Junta de examinadores, la cual trabaja junto con el IB para debatir y analizar cuestiones relacionadas con la evaluación y los currículos.

El proceso de elaboración de un conjunto de pruebas comienza al menos dos años antes de la fecha del examen. Como experto en una asignatura, el examinador jefe dirige un equipo de responsables de contenido y está a cargo de garantizar que el contenido del examen cumple con los requisitos de la guía de la asignatura y con los objetivos de la evaluación, así como que es apropiado para el rango de edad de los alumnos y mantiene un estándar académico semejante al de años anteriores.

“Durante mi permanencia en el cargo de examinador jefe, me invitaban regularmente a conversar sobre los próximos cambios en las evaluaciones, a menudo en relación con la llegada y consolidación de nuevas tecnologías digitales”, afirma Simon Oakes. ”Este es un gran momento para que los examinadores jefe consideren las posibilidades de realizar evaluaciones electrónicas en sus áreas disciplinarias del PD”.

Durante la convocatoria de exámenes, el examinador jefe cuenta con el apoyo de un equipo de examinadores principales, cada uno de los cuales asume la responsabilidad de un componente individual. Durante el proceso de estandarización, el examinador jefe supervisa todos los componentes y se asegura de que los principios de evaluación se aplican de manera coherente al brindar orientación sobre decisiones importantes relativas a la evaluación, lo que también puede afectar a otros componentes y, en última instancia, al resultado de la evaluación para el alumno. Una vez finalizada la corrección, el examinador jefe asume la función de asesor académico sénior en el proceso de concesión de calificaciones, durante el cual las calificaciones otorgadas a cada alumno pasan a ser las calificaciones formales que aparecen en los certificados. Es responsabilidad del examinador jefe asegurarse de que los estándares de desempeño académico representados en la calificación final son equivalentes a los estándares históricos y que, por lo tanto, dicha calificación mantiene su valor.

“Al corregir el trabajo de un alumno, es realmente satisfactorio ver cómo su excelencia se manifiesta a través de la solidez de su comprensión conceptual”, expresa Peter Hoeben. “Resulta sorprendente lo que algunos de estos alumnos son capaces de lograr a su edad, y eso hace que corregir sea una experiencia gratificante”.

A pesar de que la carga de trabajo alcanza su punto más alto durante las convocatorias de exámenes, el examinador jefe también desempeña un papel importante en muchos otros aspectos del proceso de evaluación. A menudo, los examinadores jefe participan en la revisión del currículo de su asignatura y desempeñan un papel consultivo importante en el desarrollo de modelos de evaluación futuros. Asimismo, trabajan con los responsables de las asignaturas en la creación de equipos de examinadores y en el nombramiento de los examinadores principales. Al final de cada convocatoria, aprueban los informes generales de las asignaturas, garantizando así que el contenido es válido y que ofrece orientación valiosa a los colegios para la preparación de futuros alumnos. Por último, actúan como asesores finales para la aplicación precisa de los estándares de corrección en los casos en que los alumnos cuestionan las calificaciones concedidas.

En el período previo a las convocatorias de mayo y noviembre de 2020 y 2021, así como para convocatorias de exámenes futuras, se pidió la opinión de los examinadores jefe con respecto a la modificación de los modelos de evaluación en varias asignaturas, y todos apoyaron la decisión del IB ante las consultas de organismos reguladores nacionales e internacionales.

En las difíciles circunstancias de las convocatorias de exámenes recientes , ha sido importante que el examinador jefe represente la continuidad y empatía a fin de garantizar que las medidas de mitigación del IB se implementan de manera justa y coherente en la asignatura y que todos los alumnos reciben el reconocimiento que merecen.